Y tras la calma, llegó la tempestad…

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Sí, el día comienza temprano para nosotros, tal vez demasiado, pero la emoción de estar a punto de ver el resultado de tanta planificación nos carga las pilas más que el café con el que iniciamos la jornada. Director, primer asistente de dirección y asistente de producción nos encontramos en la oficina. Recogemos todos los accesorios que preparamos el día anterior y nos dirigimos hacia North London.

Sorprendentemente, llegamos a la localización antes de tiempo. La sorpresa no es que nosotros seamos puntuales, sino que los medios de transporte de esta ciudad no nos la jueguen. Así que allí esperamos a que la segunda asistente de dirección y el director de fotografía lleguen. Llamamos a la puerta de Karim, el dueño de la localización, que nos quiere dar algunas instrucciones antes de que iniciemos el rodaje: dónde pueden fumar los actores, dónde podemos colocar los muebles que tengamos que mover para preparar el set, las precauciones que debemos tomar a nivel de seguridad personal…

Algunos de los actores llegan realmente pronto. Ellos también temen las sorpresas que las obras en el metro puedan darles, y prefieren llegar antes en lugar de no llegar nunca. Se van acomodando en la planta de arriba, donde les servimos algunos refrescos y galletas. La espera será larga. El comienzo del rodaje se hace de rogar, este es el momento clave en el que prácticamente todas las luces que nos harán falta a lo largo del día se ubicarán en el lugar apropiado. Claire y Pilar tienen problemas pegando el papel translúcido al cristal. Mientras todo este movimiento de muebles, cables, luces, trípodes, cámaras y actores se sucede, tenemos la oportunidad de conocer al resto de miembros del equipo que hasta el momento habían permanecido “ocultos” tras un número de teléfono o dirección de correo electrónico.

Los actores van conociéndose mientras esperan el comienzo del rodaje

Los actores van conociéndose mientras esperan el comienzo del rodaje

Los actores bajan. Empezaremos grabando todos los planos que se corresponden con el “mundo sobre el cristal”. Mark Saunders, el director, da algunas instrucciones, y Claire Sharples, la segunda asistente de dirección, coloca a los actores en su posición de partida para hacer las tomas de las multitudes caminando.

Primeras tomas del dia

Todavía necesitamos algo más de tiempo. Todos nos amontonamos alrededor del monitor donde vemos el resultado final del encuadre. El gran angular es excepcional. El efecto sobreexpuesto nos gusta a todos, aunque encontramos pequeñas “manchas” negras por doquier: el borde de un halónego en el techo, el tope de goma de la pata de un trípode… cubrimos estas pequeñas imperfecciones con cinta adhesiva blanca y por fin podemos ver la claqueta delante de la cámara: Roll 1 Scene 1 Take 1.

Buscando los "8 errores" alrededor del monitor

Buscando los "8 errores" alrededor del monitor

Si algo caracteriza las primeras horas de un rodaje es el perfeccionismo y el optmismo, lo que no es malo, pero puede conllevar algo bastante peligroso: que se nos acabe el tiempo y no hayamos grabado todos los planos requeridos. Además, todos necesitamos centrarnos en qué estamos buscando y meternos en el papel. Así es como la hora de comer se va posponiendo, y algunos miembros del equipo empiezan a ponerse nerviosos. La pausa llega y todos parecen satisfechos con lo que se ha grabado hasta el momento.

Llega la hora de realizar las tomas por las que hemos seleccionado esta localización: aquellas escenas que tienen lugar entorno al techo de cristal. Los extras marchan, no sin haber intercambiado antes sus contactos.

Los planos desde el “mundo bajo el cristal” marchan bien. Sin embargo, ya estamos utilizando algún tiempo extra que no habíamos contratado con el dueño de la localización, al que llamamos para pedirle una hora más. Los costes empiezan a incrementarse exponencialmente, pero no podemos permitir que la tensión nos empuje a tomar decisiones apresuradas que tal vez conlleven problemas más tarde a la hora de la edición.

Nos trasladamos rápidamente al piso superior para rodar los planos del cristal desde el “mundo sobre el cristal“. Las luces están a punto, la cámara preparada, los actores listos… y de repente, la cámara se apaga sin previo aviso. Estamos usando nuestra segunda hora extra sobre el tiempo contratado. Para que todo resulte todavía más “excitante”, Karim, el propietario del espacio, llega. “Estamos teniendo algunos problemas técnicos..” ¿cuántas veces habrá oído ya la misma excusa? Afortunadamente, conseguimos que la cámara vuelva a la vida y grabamos el último plano programado para este primer día de rodaje.

¿Tenemos todo lo que necesitamos? Parece que sí. Recogemos, limpiamos, recolocamos muebles bajo la atenta mirada de Karim… y abandonamos la localización. Intercambiamos algunas impresiones respecto al primer día de rodaje en el trayecto de vuelta a la oficina. Estamos cansados y algo preocupados por haber necesitado sobrepasar tanto el límite horario, pero en el mundo audiovisual este tipo de situaciones se dan a menudo.

El próximo día el rodaje será en el estudio de Brunel University. Usaremos su estudio verde para poder rodar los planos que requieren chroma key. Parece que será un día más tranquilo y que tas tomas serán muy matemáticas, ya que deberán ser desde unas distancias y ángulos muy determinados. No habrá espacio para la improvisación, y por otra parte no tenemos límite horario en cuanto al uso de las instalaciones. Parece que será una jornada sin complicaciones, pero no cantemos victoria antes de tiempo.

Si quieres ver las fotos del rodaje, pincha aquí para acceder a flickr.

Si quieres ver las primeras imágenes del rodaje, pincha aquí.

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Decisiones indecisas… Reunión con el equipo técnico.

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Cuando parece que llegamos a buen puerto, que tenemos todo decidido, todos los cabos atados, todo preparado para dar el paso final y empezar con la grabación del video, todo se desploma de nuevo y hay que volver a empezar (prácticamente) desde cero.

Problemas técnicos que reaparecen. Contactamos con un director de fotografía muy interesado en este proyecto y que arroja un poco de luz sobre nuestras dudas. Y a su vez, nos ofrece distintas alternativas a problemas que creíamos tener solucionados.

Decidimos reunirnos con él. Es la primera vez que nos reunimos el equipo de producción, los técnicos de CGI y el director de fotografía.

Hay varias decisiones que (re)tomar. El storyboad colocado en el suelo, a la vista de todos, es la referencia sobre la que todo gira. El plan de rodaje es también importante. Hemos hecho una primera agrupación de los planos  que queremos grabar, aquellos en los que se muestra la multitud caminando, el mundo sobre el cristal, el mundo bajo el cristal. Hay que señalar las especificaciones técnicas para cada agrupación de planos.

Hablamos de cómo conseguir esa atmósfera sobreexpuesta por la que todos se mueven en el mundo de arriba. Del tipo de cámara que vamos a utilizar para hacerlo, del tipo de iluminación, del tipo de estudio que necesitamos. Comentamos la posibilidad de grabar los planos referentes al mundo de abajo en un estudio con paredes de color verde que usaremos como Chroma Key. Y grabar los planos de gente andando en un estudio con infinity cove. Se barajan distintas posibilidades, se llega a conclusiones que luego cambian porque todo depende de distintas variables:
A)     Construir una estructura de cristal/plexiglás Vs. grabar en una localización con suelo/techo de cristal.
B)     Chroma Key/Green Screen Vs White infinity cove. Grabar los planos de la multitud andando en un estudio con infinity cove de color blanco o de color verde. La misma duda para los planos referentes al mundo de abajo.

Todas las opciones son posibles. Ahora es cuestión de tomar la decisión adecuada. Y para eso se necesita hacer un poquito de investigación.

Además, tenemos varias opciones de estudios. El técnico de CGI necesita darnos su valoración para saber si es posible grabar en los espacios que hemos escogido. Si la altura del techo es suficiente para la clase de planos que hemos seleccionado y sus ángulos.

El director de fotografía comenta que conoce una localización con suelo/techo de cristal que podría ser lo que buscamos y se compromete a visitarla al día siguiente y mandarnos unas fotos para que nos hagamos una idea de cómo sería la estética del video si usamos esta localización.

Llegamos a la conclusión de que lo más fácil sería grabar en localización y en estudio y ahorrarnos el tener que construir una estructura de cristal.

La reunión concluye. Un millón de opciones distintas es el resultado. Todos tenemos la sensación de que siempre hay más preguntas que respuestas. Estamos en el vagón de una gran montaña rusa que en este momento va cuesta arriba. Situación: esperando noticias del director de fotografía y del técnico de CGI para decidir cual es la mejor de todas ellas y conseguir entrar en el tramo en el que el vagón se precipita hacia abajo a toda velocidad…

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Busco estudio para 13 personas. Razón aquí

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Cuando se prepara un proyecto audiovisual hay un montón de factores que se entrelazan, que se simultaean y cuya dependencia mutua hace que tomar decisiones, en ocasiones, sea muy complicado. Al mismo tiempo que buscamos actores, también buscamos un estudio en el que rodar el video. Parece sencillo, pero no lo es tanto. Hay que tener en cuenta si necesitamos un fondo verde, para hacer chroma keys, o una infinity cove, para conseguir ese ambiente blanco infinito en el que no se diferencie un entorno en particular; también tenemos que decidir cuántos días de rodaje nos harán falta, dónde están los estudios, qué otros servicios ofrecen, descuentos posibles…

Afrontémoslo con calma y con orden y agarremos el teléfono, ese gran amigo de los productores. Partiendo del evidente obstáculo lingüístico, y de la falta de experiencia, lo mejor será tener claro qué información queremos obtener de las llamadas:

– Precio del estudio

– Dimensiones

– Posibilidad de pintarlo de verde, de ser necesario, y precio de dicho servicio

– Disponibilidad en las fechas preestablecidas para el rodaje

– Descuentos posibles

Y así es como nos hicimos con una buena lista de estudios de lo más diversos y dispersos por toda la ciudad. Teniendo en cuenta lo ajustado de nuestro presupuesto, intentamos aferrarnos a aquellos que ofrecen un mayor número de servicios al precio más conveniente. Sin embargo, nos encontramos una vez más ante el dilema que supone trabajar sobre ideas, sugerencias, palabras… todo demasiado abstracto. Necesitamos ver el estudio y decidir si se ajusta a nuestras necesidades (si es que realmente tenemos claro lo que necesitamos, claro).

Oyster Card en el bolsillo y metro rumbo a North London. Allí nos encontramos con el especialista en infografía. Cafés, decisiones que avanzan, que retroceden, ideas que se replantean… “Este plano lo deberíamos hacer con chroma key. No, este plano mejor con fondo blanco” Apuntes, tachones, bocetos… El video está en continua reconstrucción y a veces resulta incluso frustrante ver que no nos movemos hacia adelante o que incluso retrocedemos. Llegan las 12 y nos dirijimos al estudio con la esperanza de encontrar allí la respuesta a todas nuestras dudas. Demasiado pequeño. Por momentos da la impresión de que nunca llegaremos a rodar el video y que todo está siendo una pérdida de tiempo, pero desde luego que si nos desmoralizamos así por un video de 30 segundos, no quiero ni pensar cómo serán las grandes superproducciones. No perdemos la esperanza y nos acercamos a un estudio cercano, ya por aprovechar el viaje. A pesar de que no tenemos cita nos encontramos con un buen equipo de profesionales que nos despejan algunas dudas.

Bien, parece que ya tenemos dónde grabar nuestro vídeo. En el viaje de vuelta tomamos nota de qué planos necesitan chroma key y cuáles no. Así podremos hacer el plan de rodaje y citar a los actores. Hace falta tomar las decisiones correctas para optimizar el tiempo y el dinero, no queremos 13 actores dos días pululando por el estudio cuando la mayoría pueden hacer su papel en una sola mañana.

¿Qué más necesitamos? Ah, el cristal claro…

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